martes, 22 de junio de 2010

La última

Estaban acostumbrados a despedirse. Lo habían hecho tantas veces. Pero esta vez era la última. O una penúltima disfrazada de última. Lloraron en el andén del metro, amarrándose con fuerza y haciendo que el minuto que quedaba para la aproximación del tren fuera eterno. Pero sí, el tren llegó, y sus ojos desaparecieron en el túnel.
Ella había corrido tras él maleta en mano, sin dinero, sin voz con la que comunicarse... buscando un mundo común, mundo que ahora dejaba de tener sentido, que se dispersaba... que se despedía.
Ahora lo entendía. Comprendía que sus caminos iban por separado, que hasta el tiempo sería distinto, que sólo podrían llegar a imaginarse, a seguir sosteniendo sus imperturbables recuerdos entre sus manos.
Sí, todo había cambiado. Pero nada podría llegar a olvidarles.
Y ahí residía la belleza del desgaste. Diferente y extraña belleza.

jueves, 10 de junio de 2010

caprichos del azar

No llegaron a tocarse y ya el mundo rompió a llover tras un beso imaginado en la comisura de los labios.
Aunque ella tenía dudas sabía que se habían convertido en dos energías unidas, aún desde lo lejos, que cuando se encontrasen explotarían de pasión.
Eran, sin duda, caprichos del azar.
Y susurros, muchos susurros... y silencios...

A veces sólo pensarnos basta

lunes, 7 de junio de 2010

X=1

El silencio correspone a las coordenadas que las palabras representan. Esto es: X, Y, Z... Si al silencio lo representamos o lo denominamos como la incógnita a descifrar... ¿ no es, sino, la base del problema? ¿ La columna vertebral de cada ecuación? Y, por tanto, ¿sin esa incógnita la ecuación no dejaría de existir?
Intentando aplicar las matemáticas al lenguaje, llego a la conclusión de que el silencio no es sino la suma de palabras, aunque corresponda numerosamente a la ausencia de éstas. Es algo indescriptible al que denominamos con incógnitas pero que buscamos insaciablemente descifrar. Al ser descifrado, el silencio pasa a ser esa palabra ( si bien la palabra equivale a los números, y como ellos, son infinitas). Me arriesgaría a concluir que palabra es igual a silencio, como X es igual a 1. Ambos son complementarios y, aunqe necesitamos respondernos con palabras, adoramos las respuestas de los silencios.

Y qué más da lo que sean las palabras mientras el silencio se materialice en sonrisas... gracias.

viernes, 4 de junio de 2010

Buenas noches

Y el tiempo me volvió a recordar tu aroma, tu risa. Me volvió a hacer cosquillas mientras te observo, mientras dudo entre todas las formas de darte las buenas noches. Y siempre de la misma manera: cabizbaja y huyendo. Quiero reencontrarme con tus ojos, pero no soy capaz de lanzar una mirada a tu abismo, ni planear un roce inesperado.
A veces creo que sientes lo mismo, que nuestra poesía nunca dejó de componer, pero que el miedo por volver a cometer errores de críos nos aleja, y destruye todas las palabras que queremos decir, pero callamos. Pero sentimos. Pero siempre existirá un pero para no hacer nada. Para que nuestros cuerpos se queden inmóviles, uno frente al otro. En silencio.
Pero sí, me gusta nuestro silencio. Porque en él se esconde tu melodía, esa melodía que reclama mis versos, y que al compás serán capaces de volar, lentamente, hacia un cielo sin pasado, sin tiempo... Sin juegos.
Y si el tiempo te hizo recordar mis besos, susúrrame sonetos después de las 12, para que esta Cenicienta se descalce, amarre entre sus pies tus redes,y cante. Y sea ella misma. Sólo ella. Y deje de hacer de su vida un cuento. Nuestro cuento.
Sueño por siempre incompleto...