jueves, 26 de enero de 2012

Mediocre

Nunca he sido de apuntar maneras. Bien es cierto que tampoco pasé desapercibida. Con el paso del tiempo me fui convirtiendo, simplemente, en un ser mediocre. 

Ni muy rubia ni muy morena. Más baja que alta.
Escondiendo en mis curvas, mi vergüenza
si moldean mi cintura y mis nalgas. 
Propensa soy al suicidio, 
y me irrito, si al reir, me señalan. 
Propongo constantemente algún delirio
al entrar en la razón a carcajadas. 
Pataleo si me lastimo. 
Grito si en susurros me hablan. 
Sueño si dormir no consigo
y al dormir sueño que vivo
en esta realidad rutinaria. 

Y aunque en mi genética no encuentre ni poetas, ni susurradores, ni domadores de palabras. Al menos salió la niña fotogénica. Y a veces con eso basta. Ser capaz de mostrar un corazón que no captan las cámaras. 

No soy un tono excesivamente amarillo. Tampoco me considero un marrón chocolate.
Soy, simplemente, medio ocre.