sé que mi retina creará lágrimas
y por eso ando cabizbaja.
Para perderme
en los asfaltos movedizos
que esconde Paris.
Agárrame fuertemente,
pues sólo tú eres capaz
de sostener mis heridas.
No me sueltes.
Nunca.
Ni en la distancia.
Ni en la penumbra.
Ni en el abismo.
No dejes que vuelva a llorar,
ni que me convierta en agua.
Que sólo quiero abrazarte.
Y reirte.
Y mirarte.
Sincera. Calladas.
Como siempre. Como antes.
Como tantas veces.
Una vez, sólo una vez dije: No me sueltes y si me soltaron.
ResponderEliminarDi con tu blog, y estos versos hicieron algo en mi
La amistad de verdad nunca te suelta, siempre va a buscarte al borde del precipicio y te rescata. Tienes mucha suerte de haber encontrado lo que yo llamo "mi pequeña certeza", otros la llaman lealtad y algunos, amiga del alma. Y es siempre se le debe agradecer a la llama su luz, pero también debe uno honrrar al candil, que constante y paciente la sostiene en las sombras :) Sé que estas palabras van dirigidas a ese candil, precioso modo de agradecérselo...no se espera nunca menos de ti...porque de las cosas bellas solo pueden salir cosas bellas :) Y ahora vuelve a mirar al cielo peque, que estás bien cogida :)
ResponderEliminarUn abrazo inmenso preciosaaaaa!!!
Que no te suelte y que no la sueltes, en eso consiste la amistad, que la otra persona ande contigo, amortiguando los golpes y evitando las caidas y sino puede evitarlas que ayude a levantarte. En eso consiste,pero no podemos olvidar algo, eso tiene que ser recíproco, si uno da y el otro no corresponde, tarde o temprano alguno de los dos acabará cansándose.
ResponderEliminarUn beso.
No sabía qué tenías blog.
ResponderEliminarNo sabemos hasta qué punto dependemos de las personas...
=)
El grupo se llama Mr Kilombo, no son muy conocidos pero a mí me gustan mucho.
ResponderEliminarNo hace falta que me des las gracias por los comentarios, encantada de leerte =)
Un beso.
Alguna vez, cuando estaba lejos sentí lo mismo. Y siempre encontré a ese amigo que te ayudaba a salir del paso y te daba las fuerzas cuando ya parecía que no te quedaban.
ResponderEliminarSiempre hay gente cerca, sólo hay que saber buscar.
Un abrazo