martes, 23 de marzo de 2010

Palabras

Sol: A ver, cuéntame.
Mar: Todo es muy raro.Suelo decir lo que pienso a través de poemas...
Sol: Ya me lo veía venir. Te ha vuelto a pasar, ¿verdad?
Mar: Sí... pero bueno es igual, son tonterías, no me hagas caso. Si, además, tendrás que irte dentro de poco.
Sol: No hasta que no me cuentes qué te ha pasado.
Mar: Mejor lee.
Mar le entrega a Sol un poemario.Sol lee, le coge la mano.
Sol: Siéntelo sin hablar del tema. La magia está precisamente en el tabú del tema. Cuanto más hablas de un sentimiento más pierde la magia.
Mar: Lo sé. Y lo siento así. Sin embargo no puedo evitar adornar los sentimientos. Hacerlos grandes cuando en el fondo son meras ilusiones, vagas emociones... Pero me doy cuenta de que no es lo que yo escribo lo que crea confusión, sino la interpretación de lo que escribo por quien lo lee. Y me duele. Me duele llegar a esta situación de incomprensión por actitudes erróneas. Que pesen más las rimas alocadas que las miradas sinceras. Y lo peor es que no sé qué piensa. Y por eso yo tampoco sé qué pensar.
Sol: Él es como tú: vive cada mínimo detalle al máximo. Pero tiene tanto miedo a la pérdida de algo nuevo que siente que prefiere seguir soñando. Es más, tiene tanto miedo al dolor que se refugia en los pensamientos, y no se atreve a dar rienda suelta. Disfruta dentro de su miedo. Y tú disfrutas soñando.
Sol lee otro poema. Niega con la cabeza.
Sol: Hablas de un sentimiento puro, de belleza. Y sabes perfectamente que tampoco sientes eso.
Mar: No, claro que no.
Sol: Pero es lo que has transmitido. Al escribir exageras los sentimientos para que quede más bonito, ¿y qué consigues con eso?
Mar se resigna.
Sol:Ya puedes escribir algo para arreglarlo. Si te envuelves con las sábanas que habéis compartido, y te pasas toda la noche en vela, con ellas como vestimenta, así sólo conseguirás una cosa: asustar. En cambio, si las lavas y las dejas secar, cuando las vuelvas a utilizar radiarán por sí solas. Él no quiere hacerte daño, sólo que no sabe cómo actuar, y está esperando a que seas tú quien abra los ojos, para luego así poder mirarte, como antes, de una manera natural.
Mar: Tienes toda la razón. Esta vez escribiré sincera, sin adornos, sin sentimientos exagerados. Sin querer dañar, ni dañarme. Y así, tal vez, todo vuelva a ser como antes, y se rompa este absurdo silencio.
Mar arranca las hojas escritas del poemario y las tira a la basura. Comienza a escribir en la primera hoja en blanco.


"Palabras.
Tan sólo son palabras adornadas.
Palabras que hablan
sin cesar,
sin dejar
paso a las verdaderas palabras.
Sentimientos
expuestos a emociones idealizadas.
Apuntar con una pistola al alma,
y querer sacar del vacío, la nada.
Palabras.
Palabras que buscan,
en tu silencio,
simples palabras."

4 comentarios:

  1. Me ha encantado^^ Es muy poético y agradable de leer, como siempre.
    Si alguna vez tengo una hija, la llamaré Sol :)
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tu comentario, me ha hecho ilusión lo que has escrito. la verdad q no me compone ningun cantautor en particular pero sí todos en general.

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Las palabras nunca deberían valer más que las miradas, pero el caso es que por una extraña razón lo hacen...

    Hace tiempo que dejé de preocuparme por pensar y me dedico a sentir. Me llevo golpes sí, pero creo que es la única forma en que siento algo parecido a la felicidad.

    Mil besos.

    ResponderEliminar